marzo 08, 2008

¡QUE VIVAN LAS ENCUESTAS!

Las encuestas son muestreos técnicamente diseñados para obtener información relevante de una población homogénea sin tener que hacer un costoso censo. Sirven para investigar con precisión matemática casi cualquier cosa, y sus resultados permiten inferir, con un grado conocido de error, información pertinente sobre esa población respecto de un factor o conducta que se quiere medir. Es una herramienta de la estadística y sus fundamentos son matemáticos. Son producto de la ciencia. No son actos de magia ni tienen que ver con rituales vudú o maldiciones del chamuco. Hay diversas formas de hacerlas pero se pueden resumir en dos principales: las patito y las de buena factura. La incredulidad y la descalificación de este formidable instrumento siempre será producto de la ignorancia supina o del interés tribal. Los afectados por sus resultados, simplemente las desautorizan sin mayores fundamentos ni explicaciones. Al conocer sus predicciones, los perdedores pasan de la frustración a la histeria y de ésta a la ceguera; y en automático, proceden a acusar a las empresas encuestadoras de fraudulentas y de que fueron compradas por sus enemigos políticos para desprestigiarlos, como si un político bien identificado por sus trapacerías necesitara de una encuesta para que la gente sepa su grado de pudrición. Los más sensatos, aducen “vamos a esperar a la verdadera encuesta que será el día de las votaciones” pero en su interior ya saben que van a perder si esa fue la sentencia de las encuestas.
Para aquellos que no creen en estas investigaciones, especialmente cuando no son favorecidos por sus resultados, la terca y medible realidad los obligará a ilustrarse para creer en ellas. Sin embargo, les crean o no, el entorno que miden los muestreos ahí estará para demostrarles su eficacia. Veamos porqué.
Puntos más puntos menos dentro de los márgenes de error, la empresa encuestadora acertó al ganador en todos los puestos en disputa para los cuales realizó el levantamiento unos días antes de la justa electoral.
Veamos los resultados que obtuvo una de las empresas que ya acreditó con su trabajo de muchos años que sí sabe bien cómo hacer este tipo de trabajos. No es patito.
En la elección de Ayuntamientos, Mitofsky le dio a la Coalición ganadora del municipio de La Paz, el 34% de la votación y obtuvieron 37% de los votos emitidos. ¡Pum!
En Los Cabos, los ganadores obtuvieron el 52.4% de los votos y Mitofski les asignó únicamente el 42.2%, pesaron mucho los indecisos (23%) a favor de la Coalición por el Bien de Sudcalifornia, y después de todo, tal vez sí contó a su favor la gran actuación del candidato. ¡Zas!
En Comondú, Mitofsky les dio a los ganadores el 51.3% y los votantes comundeños los armaron con el 48%. ¡Bum!
En Mulegé, 41.2% de Mitofsky contra el 47.2% que les otorgaron los votantes. ¡Toing!
Y finalmente, en el caso de Loreto, Mitofsky estimó el 35.2% a favor del PRD, PT y Convergencia, contra 54.2% que le dieron los votantes loretanos a la Coalición. ¡Pácatelas! Con los muleginos sí fallaron, con mucho, pero a favor del ganador que representó a la Coalición, y da la impresión de que la mayor parte de los indecisos detectados (20%) se inclinaron a su causa.
¿Fallaron las encuestas? Yo sostengo que no ¿y usted?
En esta elección, la totalidad de los votos se repartió como era predecible. Si tomamos como base la elección de diputados, las posiciones quedaron repartidas así: primera fuerza política del estado el PRD-PT-Convergencia con más de dos a uno sobre el que le sigue; la segunda le correspondió, sorpresivamente, al PAN y a su aliado el PVEM; en tercer lugar el PRI, solo y subiendo; y en cuarto lugar el panal también solo, pero en la cuarta posición, tal como este clarividente columnista lo vaticinó. Le siguen otros dos “partidos” casi desconocidos, el PMRPS en quinto lugar; y el PAS en la cola, en ambos casos sus votos no pintan.
Otra forma de ubicar las posiciones de cada partido o coalición para identificar su peso político en la entidad, aunque es un poco tramposo hacerlo de esta manera, consistiría en sumar los votos emitidos para cada fuerza política en la elección de los cinco Ayuntamientos, bajo esta óptica, la primera fuerza política es la Coalición PRD, PT y Convergencia por más de tres votos a uno sobre el que le sigue; en segundo lugar, asombrado lector, el panal con 2,258 votos arriba del que le sigue; en tercero el PAN en alianza con el PVEM; en cuarto lugar el PRI, solo; en quinto el PMRPS; y en el último lugar el PAS.
Cada organización política usará los datos a su conveniencia, manipulando los que les den una mejor posición para engañar a los incautos, y desde luego, los harán públicos divulgando los resultados que los ubiquen mejor en el contexto político del estado, pero insisto, la forma más correcta de medir su fuerza electoral siempre será la posición ocupada en la elección de los diputados por una simple razón: la diversidad y cobertura.
Finalmente, a la empresa que se hizo cargo del Programa de Resultados Preliminares, PREP, le otorgo un diez, su trabajo fue muy profesional, oportuno y preciso. Honor a quien honor merece. Los felicito.
Y usted, sufragista lector, ¿cómo leyó estos resultados?
¿Y con qué anteojos?
Ah, el título de la columna es una paráfrasis de los gritos que vociferó machaconamente uno de los candidatos perdedores en la pasada contienda. Por si a alguien le interesa.

Y SI UN DÍA DESAPARECIERAN LAS MAÑANERAS…

A veces me preguntó ¿qué pasaría si no hubiera mañaneras? ¿Se acabaría la democracia en el país? ¿Se terminaría la inseguridad que padecemos...