julio 30, 2005

LOS PANISTAS: ¿NACIDOS PARA PERDER? O CONDENADOS A LA OPOSICIÓN PERPETUA

A los panistas les ocurrió lo que al caballo de mi compadre: casi lo había acostumbrado a no comer cuando se murió el bruto y noble animal. Los panistas casi aprenden a gobernar... cuando ya se van. Acaban de despedirse. No todos aprendieron bien la tarea. Sin embargo, unos cuantos, sí le encontraron el modo después de practicar cinco años apoyándose en el ensayo y error. La curva de aprendizaje les resultó penosa, eterna, permanente. En el colmo del desvarío de sus cretinos jefes, a los pocos panistas con barruntos de vocación para el servicio publico, que lograron la ansiada palomita aprobatoria de sus dirigencias locales y nacionales, para colocarse en el gobierno federal, los corrieron a la vuelta de unos meses sin mediar explicación, cuando ya casi le tomaban el gusto a las labores de gobierno y a los jugosos salarios estilo Fox. Otros, a los que no han despedido, ya están aprendiendo, también, a hacer “buenos negocios” puesto que ya es poco lo que les resta de vida administrativa y política. Éstos, igual que las ratas, ven con temor que el barco hace agua por todos lados, y su patrón los arruinó prematuramente al advertirles, un año y medio antes del fin, que esta aventura ya se acabó. Otros más, con su mejor esfuerzo, ya se habían aprendido las abundantes reglas y recovecos legales para operar, cada uno en su área, la parte que les tocó de los más de 200 programas federales con incidencia en el estado. Muchos de ellos pesados, complicados y tortuosos en su aplicación, lo que es un claro reflejo de la enmarañada estructura programática y presupuestal federal; pues en eso estaban, entendiéndole, cuando los sorprendieron sus preclaros dirigentes y sus foxistas autoridades, atizándoles una patada en la cola. Les pasaron por encima, los humillaron y ni las placas apuntaron. Tampoco les dieron las gracias. El costo del noviciado resultó sumamente oneroso para el país porque no supieron, entre otras muchas cosas trascendentales, gastar el presupuesto en la forma correcta y a tiempo; aún hoy tienen problemas de subejercicio porque hay programas autorizados en los que no han ejecutado un centavo de lo que ya tienen para el 2005. Para constatarlo basta con repasar los cientos de observaciones que sobre el tema ha generado la Auditoria Superior de la Federación en la revisión de las cuentas públicas anuales. Los resultados de las investigaciones arrojan cientos de millones de pesos cada año gastados sin ton ni son en unos casos, y en otros tantos, sin gastar, subejercidos. Sólo aprendieron a despilfarrar con las toallas de cuatro mil pesos para las cabañas de los pinos, los modelitos de Chanel y en las torcidas aplicaciones del presupuesto para la remodelación del rancho. Recordemos que ya electo Fox, decidió pagarles, ilegalmente, maravillosos salarios a su equipo de transición ¡y no eran empleados federales! Lo que parecía un agandalle solitario se convirtió en política de gobierno. Pero ya pasaron cinco años y se van a morir de nada, y tienen prisa por entregar el changarro... a quien sea. La esperanza se convirtió en pesadilla. Arribaron a un romántico sueño de dos para degustarlo y relamerlo durante seis años y resultó una alucinación de humor involuntario, que vemos asombrados en las ridículas y cursis revistas del corazón. Les queda un año y medio para que sus “limpiadores” hagan su trabajo en todas las cañerías del sistema. Restan millonarios asuntos pendientes, consecuencia de las revisiones de las cuentas publicas del 2001, 2002 y lo que se lleva examinado del 2003. Falta inspeccionar el 2004, 2005 y 2006. La pesadilla no termina... ni cesará. Porque ahí viene otro gobierno, y según parece, de otro partido o partidos distintos. Y atención porque los agravios gratuitos perpetrados por los foxipanistas son vastos por efecto de su ingenuidad, incompetencia y mala leche, no sólo en contra de sí mismos, sino de “los otros”, de “los culpables” quienes, a su torcido y conveniente juicio, “no los han dejado trabajar” ni “disfrutar de la presidencia”. Los ultrajes, las gracejadas y ocurrencias que foxistas y panistas les han propinado a todos los actores políticos del país y a la Constitución, calaron hondo y no han parado. Y no se detendrán porque ya hemos visto que la prudencia, la mesura y la sensatez no son cualidades que los distingan. ¿Cuántos de estos próceres foxipanistas, pseudopanistas y vivales terminarán inculpados por las tropelías que cometieron, en unos casos por ingenuidad e ignorancia, y en otros, por mala fe y ambición? Ya escucharon el trágico sonido de las alarmas. Hay pánico en las azoteas del poder. Al prócer mayor no lo tocarán al amparo del 108 constitucional, pero a la doñita y sus cachorros los augurios pronostican que les irá como en feria por los rumbos de Pemex e Infonavit. Hay agujeros negros que les será imposible tapar, verdaderas coladeras. Los rastros son inocultables. Por eso les urge el codiciado fuero que los proteja con el manto sagrado de la impunidad, al menos hasta que prescriban algunos de los incontables delitos que desde ahora les imputan.
Fueron numerosos los panistas, los “místicos del voto”, quienes de buena fe, pensaron que, a su llegada, la realidad nacional no sólo cambiaría sino que mutaría en alguna dirección mejor para tener un país diferente, para llevar a la nación hacia algún mítico paraíso, excitados por el etéreo cambio prometido; y enfilaron hacia cualquier lado, hasta en reversa; manejando siempre atentos al retrovisor; a contrasentido de la modernidad y de la historia. No tuvieron ayer ni tienen ahora, certeza del curso, no supieron ni saben hacia dónde ir ni por dónde, sobre todo, cuando el inconsciente, campechano y desalmado timonel declara, enfático, que foxilandia no existe más: la Itaca mexicana del Ulises criollo ha sido liquidada para siempre por su creador, se esfumó el puerto de llegada. Y aún así, sin brújula ni piloto, y sin destino, los escasos bien intencionados panistas se aplicaron con entusiasmo a las tareas del servicio publico. Todavía recuerdo las listas que circularon cuando hubo certidumbre del triunfo foxista (no panista) en el 2000: trataron de seleccionar panistas de conciencia, militantes probados con la camiseta bien puesta, para que recibieran los centenares de inminentes nombramientos en el gobierno federal, pero la cosecha fue pírrica, porque solamente estaban a la mano honorables y dedicados ciudadanos de diversas especialidades y dignos oficios: hojalateros, regulares comerciantes, pequeños empresarios, oficinistas, limitados políticos sin experiencia ni preparación suficiente en la administración publica, profusos vivales y algunos profesores. Aún así insuficientes. Unos abandonaron sus negocios, otros para su fortuna, lo pensaron bien y los conservaron. Ni uno solo avezado en las tareas de gobierno. Y para colmo, su propio jefe, al asumir la presidencia, no quiso saber nada de los panistas en el gobierno federal. Por algo sería. De los pocos que llegaron, no había uno solo con ideas claras sobre lo que sería el ejercicio de la administración publica federal. Nunca supieron el cómo y menos el para qué. Ya después, sobre la marcha y con el cambio en el bote de los desperdicios, ni siquiera se trataba de cambiar nada, sino exclusivamente continuar con el funcionamiento normal del gobierno, sin “innovar”, ni inventar nada. Y ni así. El gobierno federal continuo funcionando, a pesar de los foxistas. Y con ellos encaramados en el lomo, el país medio continuo su marcha en forma dispareja, gracias a todos aquellos miles de trabajadores a los que hoy “acusan” injusta y estúpidamente de “priístas” y “saboteadores”, manifestando con ello, nuevamente, su colosal e inagotable ignorancia de la estructura del gobierno federal y de las características y filiaciones de éstos miles de trabajadores. Eso sí, abundaron los panistas desquiciados que se creyeron lo del cambio e inmediatamente comenzaron a denunciar con elementos y sin ellos ¡a los propios panistas y a otros! por corruptos; y en pago, sus trastornados camaradas de partido ¡corrieron a los denunciantes! Seguramente como escarmiento porque nunca entendieron que, para la camarilla que ganó el poder, en “su” concepto de cambio no se incluía evidenciar a nadie; “su” cambio, el de los foxipanistas, era otra cosa y para otros propósitos más personales en los que nunca estuvieron incluidos los panistas limpios. De hecho estorbaban. Los ingenuos panistas tampoco quisieron darse cuenta que sus iluminados próceres, ideólogos y cabecillas sólo querían el poder, para el arribo de secretas cofradías, hoy a la vista de todos, e intentar conservar el poder para enriquecerse y ayudar a sus amigos y empresarios.
Con los escasos cuadros partidistas y los del gabinetazo integrados a la función publica para ejercer el gobierno federal, los panistas estaban condenados al fracaso, porque el sistema federal y su operación se volvieron, con el paso del tiempo, muy complicados y su funcionamiento estaba diseñado para trabajar como si todos viviéramos en la cueva de Ali Ba Ba; había y hay, tal cantidad de reglas, normas y obstáculos para operar, que solo los cerrajeros profesionales podían abrir esas miles de puertas, ya no para enriquecerse, medrar o sabotear, sino simplemente para mantener en acción al gobierno. Ante el muro de lo inesperado y desconocido, los foxipanistas se quedaron inmóviles más de dos años. Connotados panistas llegaron a decir que con esas normas y leyes vigentes, era imposible gobernar, que no se podía hacer nada de lo que “pensaron”, porque había camisas de fuerza por todos lados, y un alto riesgo de que los procesaran penalmente si la regaban. Hoy, a punto de terminar el quinto año de gobierno, uno de tantos expertos nadadores de muertito, declarado delincuente electoral, nepote y dador de concesiones a Televisa al autorizar irregulares casas de juego en todo el país, el ex secretario de gobernación Creel, entre otros, se quejan, amargamente, de que hubo traidores en el gobierno cuando el ejecutivo ¡fueron ellos y con él a la cabeza! Lanzan quejumbres y escupitajos al cielo, buscando culpables, cuando se encuentran, por merecimientos propios, en el tercer lugar de las preferencias electorales como justo premio otorgado por los ciudadanos a su incontinente y rijosa forma de gobernar. ¡Por parejas! Y no digo autoridades ilegítimas porque no lo son, están ahí por decisión de la mayoría de los mexicanos. Lástima por los panistas de buena índole, que los hay, aquellos frenéticos creyentes del destino y valores de su partido, quienes advirtieron, con pesar, como una banda sin escrúpulos se apropió del poder ejecutivo; y observaron también, la supina incompetencia que demostraron para gobernar. Lástima por ellos. La camarilla ultra secreta tampoco supo qué hacer para ganarse el respeto y la colaboración de los otros poderes, ni de actores políticos y ciudadanos, los cuales, por si no lo saben, también gobiernan este país. México no es el desvarío del “gobierno de Fox”. Nadie puede gobernar un país solo, y menos en pareja. La “brega de eternidad” predicada durante décadas por los fundadores del panismo tradicional, no les va a alcanzar más que para seguir en lo mismo: en la oposición perenne, con la esperanza de recibir las dádivas de un poder en manos de otro partido, mediante la componenda como lo hicieron durante el salinismo y el zedillismo. Citado por E. Krauze, Manuel Gómez Morín, un mexicano fuera de serie y fundador del PAN, reconocía hace años con una clarividencia genial que hoy impone: "no hemos tenido mucha ansiedad de llegar a los puestos de gobierno. Reconocemos inclusive que si mañana, por uno de esos trastornos políticos a fondo, Acción Nacional tuviera que hacerse cargo del gobierno, tendría que hacer un esfuerzo intenso para formar un equipo ...Tal vez (convocaría) a un gobierno de unidad nacional". Krauze señala que los panistas en el poder han fallado “... entre otros muchos factores, por no atender los consejos de su fundador.”, y sólo les reconoce, como yo y muchos mexicanos más, sin regateos, que han alentado la maduración democrática del país. Destaca el historiador también que “...el PAN está obligado a complementar su vocación cívica con un ejercicio serio del poder ...” Las negritas son mías. Y remata, lapidario, dándonos a conocer la clave del porqué no han evolucionado ni avanzarán: “El PAN no necesita sólo un demócrata en la contienda: necesita también un gran político.” Y ese no se ve por ningún lado, una vez que han abierto en el PAN el catalogo de sus miserias políticas y de sus mediocres personajes babeantes de ambición por la silla presidencial. Tal vez de esta aventura no se vuelvan a levantar; su ultima esperanza es que regrese la vieja pandilla, con inéditos bríos, a comprar otra vez la presidencia, como ya lo hicieron en una ocasión, engañándonos a todos con el voto útil hoy transmutado en boñiga. El “cambio” se convirtió en “faldas” y en “que Dios los bendiga”. Con esa ilusión a cuestas, y a la vista de todos, estos anodinos pandilleros volverán a arremeter, ilegalmente, y con carretadas de dinero publico y privado, para ver si pueden renovar la compra y seguir en el negocio. Eso y no otra cosa es lo que hemos percibido hasta hoy los mexicanos. Continuaremos gobernados a golpes de marketing, convertidos en víctimas de la tortura del cambalache y del cinismo ramplón.
Es cierto que hay miles de personas en la actual estructura federal, que el panismo supone, confundido como ha estado siempre, que son “priístas” y “saboteadores” a los que hoy quieren despedir los fundamentalistas del PAN aplicándoles una especie de limpieza étnica. Pero la gran mayoría de estos trabajadores son técnicos, especialistas diversos y una buena parte en poderosos sindicatos; y no era tan fácil, o más bien imposible, sustituirlos por cuadros panistas, simplemente porque no existían en ese partido militantes capaces, profesionales o con la preparación adecuada para el desempeño de miles de funciones que requieren de una especialización en el servicio publico. Y se requerían millares de personas. Yo no me aventuraría a imputarles a esos miles de trabajadores del sector publico federal el mote de “saboteadores”, que es la connotación que le están dando estos panistas llorones al término de “priístas”. Es una bajeza. La inmensa mayoría de éstos empleados federales no consiguieron sus trabajos mostrando una credencial del PRI, ni por que hubieran sido dirigentes de partido o hubiesen sido recomendados por el partido de manera directa para darles el trabajo, ¡cuando ni siquiera existe un padrón priísta! No era así. Nunca fue así. Pero los panistas ya no lo entendieron. Y les pregunto a estos fundamentalistas del PAN que hoy se “lamientan”: ¿Porque no sustituyeron con sus “especialistas” a todo el personal del sector financiero y de las entidades que lo regulan, de jefes de departamento para arriba? ¿Dónde están los reconocidos economistas y financieros del panismo? ¿En el corrupto director de Banobras? ¿Dónde están los grandes políticos señaladamente panistas? ¿Qué les pasó en Pemex, y a quién iban a sustituir ahí? ¿A cuántos de sus correligionarios valiosos han corrido? ¿Y qué les pasó con el poder judicial? ¿Y a quien sirvieron los corruptos panistas de prosapia que metieron a “dirigir” la lotería nacional y el Fonden? ¿O porqué no cambiaron a todos los cuadros de la SCT? No son enchiladas. Solo necesitaban cambiar a los primeros niveles de dirección por gente capaz, por políticos probados y dedicarse a tratar de hacer un buen gobierno, pero no tenían a nadie con tamaños. El personal del “antiguo régimen”, como le llaman los foxipanistas inventores de la democracia mexicana, no fue suplido simplemente porque no tenían personal competente con quienes hacerlo, y todavía hoy escasean. Con las sustituciones que hicieron, todos nos dimos cuenta de la clase de “técnicos, políticos y administradores” que llegaron al poder, salvo contadas y honrosas excepciones, aunque algunos mejor prefirieron irse. También hemos visto que a estas alturas de la pesadilla, la culpa de que las cosas no les funcionen, siempre es de “los otros”, y cuando se les exigen nombres y una explicación consistente responden “¿y yo porqué?”. Así que, les diré a los que se la han pasado gimoteando cinco años “porque no nos dejan hacer nada”, lo que le espetaron en un evento al preclaro estadista presidente que hoy tenemos: “no nos hagamos pendejos, señor”. En esto de las justificaciones ya hemos visto como se las gastan y como reparten culpas. En una de esas pega el pretexto y alguien se los cree. Quieran o no, los foxistas de la mano de los panistas, tendrán que asumir su fracaso en el juicio implacable de la historia. No hay sabotaje de ninguna especie, solo hubo y hay, una descomunal ignorancia, impericia y prepotencia de los panistas. Ah, por ultimo, a los priístas militantes, simpatizantes o sin partido de los niveles directivos del “antiguo régimen”, cuando eran dados de baja no se les daban mayores explicaciones, simplemente entregaban el puesto cuando se les pedía y adiós, y no se la pasaban mariqueando después, durante años, reclamando una supuesta solidaridad para conservar el empleo por ser del mismo partido. Pero así era y se aceptaba. En esto sí vemos un gran cambio. Algún día lo entenderán. Sólo que, sorpresa, ya no tienen tiempo, y en el poco que les resta, de verdad espero que adquieran un poco de dignidad republicana y no insulten la inteligencia de los demás. Ni modo, se sabotearon a sí mismos y contra eso no hay antídoto. Apenas, tal vez, regresando al origen que extraviaron.

julio 12, 2005

EL CORTO MONETARIO. LO QUE SIEMPRE QUISO SABER PERO TEMÍA PREGUNTAR

Como en toda disciplina, en la economía existe un vocabulario especial que solamente entienden precisamente los economistas y a veces ni ellos mismos. El fenómeno de los vocabularios especializados lo observamos en el caso de los abogados, los ingenieros, los arquitectos, biólogos, geólogos, informáticos, entrenadores de fútbol y cientos más de especialidades cuyos discípulos y maestros se comunican entre ellos a través de una jerga técnica incomprensible para el resto de los mortales.
Desde que escuche en las noticias que el Banco de México aplicaría un “corto de 79 millones de pesos” se inició un reto a mi inteligencia y dediqué muchas horas a buscar alguna alma piadosa que me explicara, con monitos, lo que era el famoso “corto monetario”. Una vez que me apliqué en serio y después de afanosa búsqueda y un sinfín de frustraciones, encontré un sitio y una explicación medianamente entendible, o sea, para legos. La leí con avidez socrática, pero no le entendí mucho que digamos, la neta. Bueno, digamos que logré entender en parte lo que no era, lo cual ya era significativo pero quedaba mas o menos en las mismas con ese banal avance en mi sesuda investigación. Insistí durante otra buena cantidad de horas en el curso de varios días, y seguía en las mismas. Ya cuando estaba a punto de declarar mi ignorancia y mandar todo al carajo, tomé conciencia de que no era posible que una babosada de este tamaño me venciera tan fácilmente en esta época de vértigo en la disponibilidad de información, en la cual solamente no aprende ni sabe nada aquel que no pregunta ni investiga. Y haciendo a un lado la pena, y encabritado con todo el mundo, le envié un atento mail al director del Banco de México solicitándole amablemente que me hiciera luz en el tema porque ya me estaba volviendo loco de coraje debido a que todavía no le entendía al asunto del “corto”. ¿Y que cree usted, monetario lector? Sorprendido recibí la atenta respuesta en dos o tres días. Así que le transcribo lo que recibí para que ambos nos despejemos esta incomoda duda existencial de lo que es el “corto monetario” y desaparezcamos la maldita ignorancia económica de nuestras vidas. Esta es la respuesta. “Estimado usuario: Muchas gracias por su interés en el sitio de Internet del Banco de México. Por instrucciones del Dr. Sidaoui, Subgobernador del Banco, me permito hacer de su conocimiento que, actualmente, el "corto" se refiere a un objetivo en el régimen de saldos diarios negativo. Es decir, con la finalidad de enviar señales sobre sus intenciones de política monetaria, el Banco de México da a conocer el nivel al que pretende llevar, al término del periodo de medición, el "saldo diario total" de las cuentas corrientes que la banca mantiene con el propio Instituto Central.De esta manera, por ejemplo, un objetivo de saldos diarios negativo, o sea, un "corto", es el instrumento de política monetaria que indica que el Banco Central no suministrará a la banca la totalidad de los recursos demandados a tasas de interés de mercado.Este tipo de acción por parte del Banco obliga a alguna o a varias instituciones de crédito a obtener una fracción de los recursos requeridos a través del sobregiro en sus cuentas corrientes. Esto último induce un alza en las tasas de interés, ya que las instituciones tratan de evitar pagar la elevada tasa que se cobra por los sobregiros que se producen en el saldo al finalizar el periodo de cómputo; ello, mediante la obtención de los recursos faltantes en el mercado de dinero.La circunstancia descrita envía al mercado una señal de que el Banco de México ha adoptado una postura restrictiva de política monetaria.En resumen, el régimen de saldos diarios es un mecanismo que Banco de México utiliza para enviar señales a los participantes de los mercados financieros sobre su postura de política monetaria, a fin de coadyuvar al abatimiento de la inflación, sin determinar con ello niveles de tasas de interés o tipo de cambio.El "corto", al día de hoy, es un objetivo de saldos diarios de -79 millones de pesos. Con la finalidad de que la serie que le damos a conocer sea consistente y coherente con ello, el dato de saldos diarios debe convertirse a una cantidad expresada para 28 días (objetivo de saldos acumulados), tal y como se utilizó hasta el 9 de abril de 2003. Ejemplo: -79 millones de pesos multiplicado por 28 días, es igual a una cantidad acumulada de -2,212 millones de pesos.”Tan tan. Éste útil y polémico instrumento de política monetaria está a punto de desaparecer de nuestras vidas, por ahora, para sustituirse por el de tasas de referencia, como lo hacen los gringos, probablemente el 24 de junio próximo. Me hicieron favor de enviarme, y a usted también economista lector, una larga serie estadística de “cortos” que abarca del 9 de julio de 1995 a marzo de 2005 así como direcciones y tips para entrar a consultas en su página. Si alguno de mis dos lectores tiene interés en el resto de la información que recibí, se la mando con mucho gusto. Así que usted, cortísimo y monetario lector, ¿le entendió? ¿A todo? Pues yo sí y con eso se terminó mi ignorancia sobre el vital tema del “corto monetario”, y conste que no estoy presumiendo de inteligente. Pero si usted, sabiondo lector, a pesar de la sencilla explicación de los expertos aún no ha entendido, pues a ver quien le ayuda, yo no puedo hacer más por usted, renuncio. Ya en serio, si quiere saber más sobre el tema entre a la página del Banco de México, seguramente ahí encontrará la respuesta sobre temas económicos que siempre quiso saber pero temía preguntar. Entre los miles de temas y cosas que ahí podemos encontrar, para dejar de imaginarlas, está una, por ejemplo, que nos muestra cómo luce un inalcanzable y quimérico billete de mil pesos, al menos lo podremos conocer en una buena foto tomada por quien los fabrica.

julio 07, 2005

EL CADÁVER EQUIVOCADO

Reza en El Tenorio de Zorrilla una frase inmortal “los muertos que vos matasteis gozan de cabal salud.”
Pensaron casi en todo. Armaron una estrategia que parecía, y era, incuestionable desde el punto de vista jurídico. Pero ... siempre hay un pero, no contaban con el contraveneno callejero, con los exorcistas de la masa, en los que nunca pensaron y contra los que no estaban inmunizados. En las infecciones previas que habían contraído, no pudieron descubrir un remedio ni vacuna para vencer esta fantástica enfermedad que, cuando les embestía, se ponían gravísimos: las fiebres de muchedumbre, que los tiraba de la silla, no de la cama, cada vez que se emponzoñaban con esta rara dolencia. Con ésta calentura infernal, la temperatura cerebral les remonta en forma directamente proporcional a la cantidad de manifestantes y baja cuando desaparecen de las calles. Pero deja secuelas imposibles de curar.
Esperaban enterrar a su enemigo político para siempre, al más avanzado y avezado, y según les indicaban los datos de su nueva religión, venerada en los altares de las encuestas y el marketing, era, es y será imparable.
Habían escogido una zona sin mácula para tirar este incómodo cadáver, y escogieron un cementerio político perfecto en el cual sería sepultado para no resucitar jamás. No era desde luego el jardín de su casa, ni en el parque de enfrente, ni en los pinos de Chapultepec. Escogieron una porción de suelo “glorificado” con agradables jardines poblados de aromáticas leyes y ornamentos constitucionales a cargo de once arcaicos vampiros que fueron designados como enterradores de postín . Su capilla mortuoria sería en alguno de los santuarios del poder judicial, lejos de su casa, y según ellos, los complotistas, sin rastros que los incriminaran. El crimen perfecto.
Hoy es histórico el reculón de Fox.
Pero aconteció un fenómeno que sólo ocurre en los cuentos de horror: el muerto se escapó de la sepultura y por efecto de la ley del bumerang, los enterradores y el asesino se convirtieron en víctimas de una maldición para la cual no hay exorcismos. Los sans-culotte que participaron en la revolución francesa en el verano de 1792 reencarnaron como mexicanos y se manifestaron en las calles de la ciudad de México en una marcha multitudinaria que hizo temblar de miedo y vergüenza a los complotistas. Los habían descubierto. En un acto clásico de prestidigitación a la alta escuela, digno de Beto el Boticario, cambiaron, sin querer, el cadáver de un supuesto muerto que, según ellos, comenzaba a despedir olores fétidos, por otros despojos. Y pronto aparecieron ante la opinión publica los nuevos difuntos producto de esa lucha estúpida, por fallida y lodera: la pareja presidencial y el PAN. Los dos primeros se quedaron solos cargando los yerros de los complotistas por concebir el engendro y para el registro de la historia; y al segundo, se le pasará en breve la factura definitiva iniciando el cobro en las elecciones del próximo 2 de julio. Esos son los nuevos cadáveres insepultos que tendrán majestuoso sepelio y mausoleo el, cada vez más cercano, mes de julio de 2006.
Otro personaje, éste de nuestro tiempo y de oficio registrador de realidades, es Roy Campos presidente y director de Consulta Mitofski, quien tiene a su cargo la ingrata tarea de medirle los signos vitales a un enfermo que se encuentra en terapia intensiva permanente, con sus ya infaltables encuestas trimestrales tituladas “Evaluación de Gobierno. Presidente Vicente Fox”, levantada del 15 al 23 de mayo de 2005 en la cual nos proporciona los mas recientes datos sobre la calificación que los mexicanos le otorgan al prócer guanajuatense, inventor de la democracia mexicana y de José Luis Borgues. Un paréntesis, R. T. Delarbre en su columna Sociedad y Poder, nos recuerda que “Borges dijo que quienes le llamaban José Luis y no Jorge Luis, no se equivocaban sino que hacían una corrección. Su nombre real, decía, es muy duro; en cambio, José Luis Borges suena mucho más atenuado. ¿Por qué repetir un sonido tan feo como orge? Creo que no urge repetir el orge, ¿no? Creo que, a la larga, yo voy a figurar en la historia de la literatura como José Luis Borges”. Aunque no lo ha reconocido así, seguramente esto ya lo sabía nuestro erudito presidente y simplemente le hizo caso al buen Borges. Para resolver lo de Borgues por Borges sigue pendiente un curso de lectura, no de improvisación. Pero vamos a lo nuestro.
Después de 18 trimestres de evaluaciones sistemáticas, se obtuvieron resultados predecibles, pero que no se habían medido en esta etapa, para saber el tamaño del más reciente desastre apadrinado por la pareja presidencial. En primer término se les preguntó a los encuestados si estaban de acuerdo con la forma de gobernar del presidente Fox: de 69.7% de acuerdo que tenía en febrero de 2001, llega a mayo de 2005 con un 53.9% cuando todavía en febrero pasado alcanzó uno de los porcentajes de aprobación más altos del periodo de medición con el 62.4%. Es decir, aunque a la baja, todavía hay algunos incautos que están de acuerdo con la forma de gobernar del presidente y su consorte. Otro indicador se refiere a la calificación promedio, tipo escolar, que le otorgan los ciudadanos al presidente, y es de 6.5 en el mes de mayo pasado, la cual también tiene una tendencia a la baja si la comparamos con la obtenida en febrero de 2001, cuando consiguió 7.3 de calificación; y aún en descenso, también, si la comparamos con la obtenida en febrero de 2005 en el que logró una calificación aprobatoria de 7.0.
Una de las mediciones más importantes, fundamentales diría yo, que realiza la encuesta, se refiere a la credibilidad que aún tiene el presidente ante la ciudadanía: cuántos le creen y cuántos no. Y en ésta medición de mayo, obtuvo el presidente uno de los porcentajes más bajos de los 18 trimestres medidos: solo 36.1% le cree, cuando ya tiene un pie en el rancho, casi al término del quinto año de gobierno. Es el nivel más bajo observado en 18 trimestres. En los primeros dos trimestres de gobierno que correspondieron a noviembre de 2000 y febrero de 2001 los resultados indican que tenía una credibilidad de 69.2% y 65.6%, respectivamente. Y eso que apenas empezaba la aventura de la pareja presidencial, en la ardua tarea de gobernar este maravilloso país. Casi lo pierden todo en su obsesivo y desaforado episodio, y gracias a que se detuvieron a un paso del despeñadero, evitaron una peor evaluación frente al juicio siempre severo y contundente de la población. Esta, y no otra, es la razón de que metieran reversa, del histórico reculón.
En cuanto a la percepción que tienen los ciudadanos respecto a si el presidente tiene o no las riendas del país, los resultados son también negativos. Fox convence en mayo de 2005 solamente al 24.7% de los ciudadanos que piensan que sí las tiene, contra el 65.8% que piensa que las cosas se están saliendo de control, es decir, que no tiene las riendas del país, o si usted lo prefiere, deducen que no asume el control que obligatoriamente debería lograr un presidente sobre los asuntos de la republica en el quinto año de gobierno. Comenzó con el 58.9% de acuerdo en febrero de 2001 y va en picada, dilapidando 34.2% de credibilidad en este periodo. En los 18 trimestres en que se ha medido este indicador, el único en el que tuvo el porcentaje más bajo en la percepción de los ciudadanos sobre el grado de control que tenía Fox del país, fue, “curiosamente”, el correspondiente a agosto de 2004 con el 22.6%, cifra que fue resultado de la medición siguiente a la solicitud de desafuero que presentó ante el Congreso. Recordemos que en mayo de 2004 el presidente Fox resuelve “tomar la decisión más difícil de su gobierno” y enviar a la Comisión Permanente del Congreso de la Unión la solicitud de juicio de procedencia (desafuero) en contra del Jefe de Gobierno, a quien desaforan once meses después, el 7 de abril de 2005. Aún después de “salvar heroicamente” a López Obrador, para convertirse en el “estadista” que el pueblo aguardaba, luego de haber intentado exterminar al Peje, con premeditación, alevosía y ventaja, sólo recuperó 2.1 puntos porcentuales para sumarlos a su peor indicador obtenido en agosto de 2004 citado arriba.
En cuanto a la pregunta ¿consideran correcto el rumbo del país?, únicamente el 26.7% manifestó estar de acuerdo con el rumbo impreso por Fox (si es que hay alguno). El 62.2% de la población no está de acuerdo con él y deja claro que la dirección del país es equivocada. De plano. Pero ¿cuáles fueron los hechos que definieron estas caídas recientes en la popularidad del presidente? Pues muy sencillo, amable y encuestado lector: el 24 de abril se llevó a cabo la multitudinaria marcha en contra del desafuero; y el reculón de Fox lo registramos todos, en cadena nacional, el miércoles 27 de abril de 2005, lo que se reflejó de manera evidente en la encuesta de mayo. De que les salió carísima la ocurrencia o su acendrada “defensa del estado de derecho”, pues sí, y lo peor es que todavía deben... y seguirán pagando, porque la víctima que escogieron para convertirla en cadáver se les salió de la caja, vamos, ni siquiera llegó al panteón, se les escapó cuando iban apenas rumbo al velorio, se les fue bien vestido y sin despeinarse. Así que póngase cómodo, azorado y tele adicto lector, para disfrutar de la archimillonaria propaganda de la pareja presidencial quienes, con nuestro dinero, tratarán, a cualquier costo, de recomponer la deteriorada imagen de un gobierno federal que no ata ni desata, en la que Fox nos dirá que “su gobierno” es una “maravilla”. ¿Le creeremos todavía los engañados pero todavía ilusos y desmemoriados mexicanos? Se reciben apuestas.

julio 06, 2005

La cartera vencida: una maldición casi eterna

Aunque ya existía el concepto y se utilizaba en forma restringida, el terminajo de cartera vencida se acuñó de manera generalizada a partir de la crisis iniciada a fines del 94, prácticamente en todo el país. Al grito de debo no niego pago no tengo, al vencimiento de las deudas, se presentaron problemas de pago que afectaron por igual a los empresarios agrícolas, a los pequeños comerciantes y a todos los que contaban con algún negocio productivo. El padecimiento se agravó a partir de que los deudores no tuvieron flujos de caja ni dinero extra para pagar sus deudas a los bancos, principalmente; pero tampoco pudieron pagarles a decenas de proveedores de bienes y servicios, ni a la CFE, ni al gobierno del estado, ni a ningún acreedor. Nadie pagó y comenzó una debacle de la que muchos no se han recuperado y otros tantos quedaron financieramente muertos de manera fulminante, en la ruina. No fue el caso de los vivales, de los gandallas, esos sólo se aprovecharon de la situación. En parte, solo en parte, este es el origen del rescate bancario que propició la creación del Fobaproa y posteriormente del Ipab para evitar la quiebra del sector financiero, y en general, del sistema de pagos en México. No es el propósito discutir en esta entrega la validez de esta solución o la pertinencia ética, moral o justiciera de esta medida y de las instancias que se crearon para resolver esa crisis.
Nuestro estado no fue la excepción. Fue un desplumadero de negocios y de instituciones bancarias. Se ha tenido que rehacer todo el sistema financiero nacional, pero los deudores quedaron en el limbo porque sus carteras o créditos, solamente se trasladaron a otro cobrador: un organismo de la Secretaría de Hacienda, y además, los inscribieron, gratuitamente, en el Buró de Crédito. Todo se ajustó a una nueva realidad. Se terminó el bálsamo salvador del borrón y cuenta nueva, y las deudas de todo tipo y tamaño, quedaron vivas por siempre y para siempre, inscritas en un registro orweliano del que nadie se escapa, mas que pagando lo que debe, y aún así batallará para que lo saquen de la lista negra.
Las consecuencias de aquél colapso económico tiene todavía secuelas en sudcalifornia. Sus orígenes se localizan antes, durante y después de la crisis del 94. Todavía perduran alrededor de 200 productores agrícolas localizados en el Valle de Santo Domingo primordialmente, con problemas financieros serios de cartera vencida. Durante años no han tenido salida, quedaron como apestados, porque ningún gobernante o dirigente, ni ellos, atinaron a crear las condiciones favorables para que este conjunto de mártires de la economía de mercado zedillista se reincorporaran a sus actividades productivas y lograr que, al mismo tiempo, fuera borrado su negro historial de créditos no pagados.
En esta nueva administración estatal encabezada por el gobernador Agundez, nos encontramos con la noticia de que ya se había encontrado ¡por fin! un camino, razonablemente bueno, para que los productores se alleguen una cura a sus añejos males financieros. “Soluciones definitivas y proyectos integrales” ha dicho. Parece que ya no estarán desahuciados. A quien se ha encargado la coordinación de estos esfuerzos es el FIMID, organismo descentralizado del gobierno del estado que está a punto de cambiar su denominación y algunas de sus funciones para convertirse en el brazo financiero del gobierno del estado y su coordinador en estas materias. Y lo hará no solamente con sus escasos recursos propios, sino también conjugando la presencia e intervención de entidades financieras como Nafin y Bancomext con representación en el propio edificio del organismo.
Para tratar de resolver este complicadísimo y añejo problema, los nuevos estrategas han diseñado una maniobra interesante. Decidieron la creación de un fideicomiso especial (parecido a uno de Chihuahua) para tratar solamente el asunto de la cartera vencida cuyos resultados podremos ver en los meses siguientes. El fideicomiso ya fue formalizado por el gobierno del estado, el Director del Fimid me indicó que ya está firmado, y el propio organismo tiene la responsabilidad de su operación. Las modalidades bajo las cuales funcionará serán simples. No se trata se comprar la cartera de los productores emproblemados y ya. Tampoco se trata de promover la ineficiencia o destinar los escasos fondos del estado a beneficiar un pequeño grupo de 200 personas con decenas de millones de pesos. Según el Director citado, los productores estarán obligados a aportar, cuando menos, un 20% del valor de la cartera o créditos que tienen en problemas. Además deberán entregarle una carta al Fimid conteniendo su autorización para solicitar, en su nombre, información a los bancos o entidades con las cuales tienen problemas, y poder de esa manera, identificar el tamaño de la bronca, para definir los términos de la negociación con quienes poseen la cartera vencida.
El proceso de investigación con los bancos e instituciones involucradas será tardado y complejo, calculándose en unos seis u ocho meses para dimensionar correctamente el problema por la cantidad de actores involucrados. Otro tanto será necesario para negociar con los bancos o Hacienda, en caso de que se avance en este sentido. Sin embargo, el problema consistirá en que los productores afectados no dispongan del 20% que por “adela” se les exigirá por parte del Fimid para iniciar el proceso de saneamiento de su cartera. No todos tienen dinero ni en esas cantidades. Tampoco tienen negocios productivos con buenos niveles de rentabilidad, para continuar pagando una deuda hoy impagable, por su monto, porque tiene asociados una gran cantidad de intereses normales y moratorios encima, además de las demandas relacionadas en curso y que, en su mayoría, no se han resuelto. El punto central es que no se está planteando la condonación total de la deuda. No. Simplemente con los datos precisos en la mano, se intentará negociar con bancos e instituciones, para obtener la mayor quita posible de intereses y capital o ambos, pero no será total, siempre quedará algo, depende de la negociación. Alguien o algunos perderán, pero si la transacción es inteligente, todos podrían ganar. Se tendrá que apostar buena parte de los bonos democráticos obtenidos por la actual administración para sacar adelante la negociación, sobre todo con los productores involucrados, quienes están pensando, erróneamente, que únicamente le pasarán los adeudos al fideicomiso del gobierno del estado y a otra cosa. No está planteado así. Pero la mayor parte de los productores esperan un salvador, a un rescatista que, si se puede, asuma totalmente sus deudas y compromisos y les regrese las garantías para seguir pagándole al posible benefactor, pero con pagos virtuales, de a mentiritas, al fin que la deuda ya está en casa y su manejo será más “en confianza”. Ese es el riesgo. Hay que tener cuidado con las altas expectativas que se crearon al ofrecerles a los productores “soluciones definitivas y proyectos integrales” para terminar con sus problemas financieros. Recordemos que ha habido múltiples y variados programas de reestructuración de la cartera vencida en el estado. En uno de tantos, tal vez el más reciente que recuerdo, el gobierno del estado asumió una parte de la deuda de los productores, y aún hoy, me parece, el estado continúa pagando, porque se garantizó con participaciones federales y los pagarés que firmaron los beneficiarios se encuentran en las bodegas de archivo muerto del gobierno del estado, si es que no se los han comido los ratones. En ese ventajoso programa de reestructura, el gobierno del estado se engulló el 30% del compromiso, calculado sobre el adeudo global de los productores emproblemados, a tasa cero y a diez o doce años de plazo; otro tanto, lo asumió el banco; y el resto, quedo formalizado en pagarés firmados por los productores a favor del gobierno del estado, quienes tampoco han pagado; unos porque no tuvieron fondos para hacerlo y otros porque no quisieron. Es decir, sólo el gobierno del estado pagó y cuando no lo hacía, se realizaban las gestiones para cobrar esta cartera directamente en Hacienda con cargo a las participaciones federales. Los productores no pagaron nada o casi nada. Sus pagarés los tiene el gobierno estatal en algún lugar.
Así que resolver, lo que se significa literalmente resolver, este complicado problema esta por verse, porque es mucho dinero involucrado. En el 2005 se tienen estimaciones de adeudos correspondientes solamente al Banrural de, aproximadamente, 10 mil millones de pesos en todo el país. Los afectados en nuestro estado son de los que concentran mayor deuda, con el 10% del total nacional; esto significa que los productores de sudcalifornia deben, al menos, 1,000 millones de pesos en una estimación muy conservadora. Esta cifra es equivalente al 22%, una quinta parte, aproximadamente, del presupuesto de egresos del gobierno del estado para este año 2005. Si de usted dependiera, endeudado lector, ¿le asignaría una quinta parte del presupuesto de egresos del estado a más o menos 200 productores, para resolverles total y definitivamente sus problemas de adeudos bancarios? No es sencillo tomar una decisión, pero si se quiere solucionar el problema de raíz, alguien o algunos tendrán que desembolsar mucho dinero: los productores, el gobierno del estado y el Banrural en proceso de liquidación y Hacienda. Pero ¿y las otras deudas, como la de CFE, quien las va a zanjar? Porque de resolverse las bancarias todavía quedan un montón más. En todo caso, habría que hacer bien las cuentas. Suerte.

Y SI UN DÍA DESAPARECIERAN LAS MAÑANERAS…

A veces me preguntó ¿qué pasaría si no hubiera mañaneras? ¿Se acabaría la democracia en el país? ¿Se terminaría la inseguridad que padecemos...